Que inestables somos los humanos en cuanto a nuestros estados de ánimo, por eso, a veces estamos demasiado alegres, y riendo ante cualquier tontería, otras, estamos, que casi mordemos a quien se atreve a dirigirnos la palabra, en ocasiones nos sentimos tan motivados, que nos creemos capaces de lograr cualquier hazaña que nos propongamos, así como también existen esos días, en que quisieramos morir en el instante, en fin, nuestro ánimo es extremadamente cambiante e inestable, y estoy plenamente convencida de que todo eso que nos pasa y que dejamos traslucir a las personas de nuestro entorno, no es de gratis, no..!! !! nada que ver!! todos esos cambios tienen un motivo, una razón, que no es otra, que responder con nuestra actitud, ante las circunstancias y hechos que nos acontecen, en el día a día de nuestras vidas, así que, si nos sentimos felices, lo expresamos a través de nuestro ánimo y si por el contrario, sufrimos o tenemos problemas, pues también lo expresamos de alguna manera y muy a nuestro pesar, la gente que está a nuestro alrededor se da cuenta y entonces vienen las preguntas, por cierto bastante incomódas,... ¿que te pasa? porque estás tan feliz? o sino...¿que te ocurre? ¿tienes problemas? y de repente nos quedamos sin palabras y no encontramos que decir, e intentamos disimular y cambiar nuestra actitud, para que las otras personas no adivinen que estamos atravesando una crisis, o que tenemos algún problema, o de pronto no queremos, que los que están a nuestro alrededor, noten que nos está pasando algo extraordinario que nos produce una alegría intensa, y al final todo este disimulo resulta en vano, porque, aún sin quererlo, los humanos somos tan predecibles, que aunque lo intentemos, no podemos ocultar el hecho de sentirnos tristes o dichosos, así que ni modo, ¡¡que carrizo!!, disfrutemos a plenitud nuestras alegrías y cuando nos llegue el momento de estar tristes, pues entonces ¡¡disfrutemos también nuestro guayabo!! y que no nos importe el que dirán...
No hay comentarios:
Publicar un comentario